Los guiones que las mujeres interpretan en el amor.
La mayoría de los guiones que las mujeres interpretan en el amor pueden ilustrarse a través de los mitos históricos y literarios que forman parte de la cultura antropológica femenina.
Introducción.
Al leer este libro del Dr. Giorgio Nardone al principio puse un poco de resistencia, después de leerlo en dos ocasiones puedo entender que lo que el autor deja ver con claridad y conocimiento es que en las relaciones de pareja se <interpretan> guiones que se establecen en la interacción misma, estos comienzan siendo funcionales, equilibrados, armoniosos y no son por lo tanto problemáticos, puede suceder que con el tiempo se cristalicen rigidizándose y atrapar a la relación en pautas de las que no se pueda salir tan fácilmente promoviendo a la larga dificultades serias y fracasos amorosos.
El maestro Giordio Nardone, psicoterapeuta Italiano reconocido internacionalmente por sus investigaciones, por sus protocolos en terapia breve estratégica y por su gran cantidad de libros escritos; en uno de ellos: Los errores de las mujeres en el amor, le da a la mujer un valor importante en el guion que ella interpreta; hace mención que con la evolución en la forma de relacionarnos como pareja muchos hombres a diferencia de antes están lejos de “interpretar” el guion que a ellos se le adjudicaba. Esto puede ocurrir como parte de los cambios en los modelos de familia que predominan actualmente y que se viene dando, me atrevo a decir en casi todo el mundo.
<<Si quieres cambiar al mundo
empieza por cambiarte a ti mismo>>.
Gandhi.
Por lo general en un primer momento, dichos guiones o patrones responden a las exigencias de manera eficaz y, por este motivo, se van estructurando como <<mecanismos automáticos>>, pero luego se convierten en modalidades rígidas que de ser funcionales pasan a ser su contrario disfuncional. Una buena solución se transforma por tanto, en error y en fuente de problemas.
La mayoría de los guiones que las mujeres interpretan en el amor pueden ilustrarse a través de los mitos históricos y literarios que forman parte de la cultura antropológica femenina. Algunos de ellos hunden sus raíces en las tradiciones más antiguas, mientras que otros son fruto de la moderna evolución del papel de la mujer en la sociedad, en la familia y en la pareja.
Lo que pretendo con mi exposición es proporcionar a las mujeres un <<conocimiento operativo>> entendido como competencia no solo para <<comprender>>, sino, sobre todo, para <<actuar>> ante las trampas que tan bien saben urdir en sus relaciones y en las que luego terminan atrapadas.
La lectora ingenua o ideológica podrá objetar que un hombre no puede entender a las mujeres: Solo otra mujer puede hacerlo. Pero, en realidad, como nos muestra << el enunciado de indecibilidad >> de Gödel, precisamente quien forma parte de un sistema no tiene la capacidad de proporcionar una observación y una valoración plena y correcta del sí mismo. En cambio, quien interacciona con ese sistema desde el exterior, entrando y saliendo, goza de un punto de vista privilegiado.
Fuente: Nardone Giorgio, los errores de las mujeres en el amor, 2011 editorial Paidós Mexicana, página 7 y 8.
Si ninguno es culpable, ambos lo son
Para pelearse hacen falta dos, lo mismo para dar por terminada una relación, independientemente de quién culmine el gesto definitivo que ratifica el fin. Y aunque ninguno sea culpable del todo, cada uno tiene su buena dosis de responsabilidad. A quien sufre en una relación sentimental le cuesta digerir ese concepto. Sin embargo, la mayoría de las veces, incluso en casos de clamorosa infidelidad, puede observarse una complementariedad entre los dos elementos de la pareja, origen de tal comportamiento indecoroso.
En efecto, el hecho de detectar y castigar al presunto mayor responsable no resuelve el problema en absoluto; todo lo contrario, la mayor de las veces lo complica aún más, pues el supuesto culpable se convierte a su vez en víctima del castigo.
Por tanto, hablar a las mujeres de sus errores no significa declararlas culpables absolutas de sus desastres sentimentales, sino, que más bien, lo que se pretende es hacerles ver aquellos que, en tal o cual dinámica, poseen más recursos y poder para conseguir un cambio constructivo.
Nardone Giorgio, los errores de las mujeres en el amor, 2011 editorial Paidós Mexicana, página 11 y 12.
El guion sentimental
Los guiones sentimentales no son, por tanto, declamaciones del sujeto, papeles que elige interpretar, sino acciones y reacciones propias fruto de su estilo personal. Por este motivo tienden a mantenerse constantes incluso cuando se cambia de pareja: la persona sigue interpretando su personaje en diferentes comedias.
Ahora bien, el problema surge cuando el intérprete ya no logra cambiar su personaje, cuando el papel, en sentido teatral, no puede modificarse más, pues el actor se ha encasillado en él.
Esto ocurre en el amor cuando se insiste en el mismo guion incluso ante el fracaso, cuando se tiene la incapacidad de cambiar esa serie de actitudes y comportamientos que alimentan la disfuncionalidad de la relación sentimental.
Por desgracia, el amor, como todas las cosas también evoluciona, de modo que para que la relación entre los dos miembros de una pareja se mantenga, puede que necesite cambiar su dinámica.
Así pues, lo que en un primer momento ha posibilitado el contacto y la relación sentimental debe poder ser readaptado después a las circunstancias evolutivas de la vida en pareja.
Si esto resulta imposible por la rigidez que ha adquirido el guion de relación, la crisis será inevitable.
Parafrasendo a Verlaine, la relación amorosa es como un navío con la velas desplegadas empujado por un viento impetuoso y que corre el continuo riesgo de chocar contra los escollos que, inevitablemente, encuentra en mar abierto si su timonel no lo gobierna con habilidad.
En tiempos ahora lejanos, el hombre se atribuía el derecho de ser el <<timonel>>, aun cuando las mujeres, capaces de elaborar subterfugios de amor, lo manipulaban sutilmente.
Hoy en día, el hombre ni de lejos se arroga ya ese papel y es, por tanto, la mujer la que se encuentra con el timón en la mano y con el deber de convertirse en hábil timonel.
Nardone Giorgio, los errores de las mujeres en el amor, 2011 editorial Paidós Mexicana, página 15 y 17.
Aprende a gestionar lo que no puedes cambiar
Después de haber descrito los diecisiete guiones sentimentales típicos de las mujeres modernas, es importante recordar que no son patológicos, sino que se adquieren como modalidad de relación funcional mediante la experiencia. Esto significa que ninguno de los guiones es incorrecto por sí mismo, sino que su rígida recurrencia es lo que los hace disfuncionales.
Hemos de tener en cuenta que intentar anular algo que se ha adquirido a lo largo de muchos años puede producir el efecto contrario y hacer que se haga cada vez más presente. De hecho, si intentáramos que una mujer cambiase radicalmente su guion sentimental, tanto ella como su identidad acabarían desestabilizadas.
Mi propuesta es que el hecho de que no podamos proponer un cambio radical no significa que no sea posible aprender a convivir con las propias particularidades personales y relacionales y obtener buenos resultados. Abandonar la idea de una transformación total y sustituirla por la capacidad de aprender a controlar las propias tendencias, modulándolas y reorientándolas para que cada vez sean más funcionales, de modo que consigamos impedir que cristalice en un esquema fijo.
Nardone Giorgio, los errores de las mujeres en el amor, 2011 editorial Paidós Mexicana, página 143 y 144.
Incorporar para contrarrestrar
Con la finalidad de gestionar estas tendencias que se han naturalizado y que se manifiestan cada vez que entra en juego una pareja real o simplemente deseada, podemos recurrir a otra estrategia, mucho más activa y concreta que la anterior, que, sin embargo, sigue siendo fundamental.
De hecho, el actor que quiere salir de su encasillamiento trata de interpretar otros papeles nuevos y se los impone a su público hasta que, gracias a que vuelve a cosechar éxito, se le reconoce su capacidad para interpretarlos. De esta manera, consigue liberarse de la prisión de su personaje,
Del mismo modo, la mujer debería tratar de interpretar guiones amorosos y sentimentales diferentes. En otras palabras, incorporar distintas modalidades de relación con el otro sexo para contrarrestar la estandarización de ese guion que se ha naturalizado con el paso del tiempo.
Por otra parte los expertos es coaching y psicoterapia conocen muy bien la técnica del <<como si>>, desarrollada por Paul Watzlawick en 1980 a partir de la famosa cita de Pascal <<compórtate como si creyeras; la fe no tardará en llegar>>
De la misma manera, una mujer puede prescribirse incorporar a sus tendencias naturales en la relación de pareja otras modalidades que, si obtienen buenos resultados y se repiten con el tiempo, se convertirán en guiones adicionales a los ya conocidos y equilibrarán toda posible oscilación amorosa.
La clave es elegir bien el guion alternativo, que, para que sea efectivamente correctivo, debe representar un contrapeso real de las tendencias en juego, pero, al mismo tiempo, ser congruente; pues, de lo contrario, no es aplicable. No se le puede pedir a una bruja que sea un hada, así como a una Penélope o se le puede pedir que sea una amazona o a una besadora de sapos una desbordante.
Esto significa que, para que la orientación que debemos incluir en la modalidad natural que se ponga en práctica y tenga éxito en el futuro, esta debe basarse en prerrequisitos de afinidad o complementariedad.
Así, pues, por naturaleza, nos estimulan y atraen los cambios y no lo que se mantiene constante. Esto también explica que en las relaciones sentimentales, en ocasiones, sucedan acontecimientos incomprensibles a la luz de la razón.
Siguiendo estas consideraciones, la capacidad de alternar diferentes modalidades personales y relacionales y de oscilar entre guiones diferentes aunque complementarios no solo representa un consejo útil para corregir peligrosos anquilosamientos, sino también una estrategia indispensable que hay que mantener a lo largo del tiempo para evitar resultar poco deseables.
Así pues, no podemos quejarnos de que nos hayan rechazado, aunque se trate de personas aparentemente correctas que no han hecho nada malo.
Los aplausos no se piden, se ganan.
Fuente. Nardone Giorgio. Los errores de las mujeres en el amor. Editorial Paidós Mexicana, 2011. Páginas: 147, 148,149 y150
Los <<guiones>> que describe el maestro Giorgio Nardone en su libro por mencionarlos son: El hada, La que busca al príncipe azul, La bella durmiente, La besadora de sapos, La seductora, La amazona, La camaleónica, La bruja, La depredadora, La enfermera de guardia, La desbordante, La moralista, La ejecutiva, La timonel, La buque escuela, La que lame las heridas, y finalmente, La Penélope. Como menciona; los guiones están basados en la observación de las complementariedades disfuncionales que presentan los miembros de la pareja en las relaciones amorosas y nunca en el enjuiciamiento de quién es más culpable.
Concluyo mencionando que las aportaciones del maestro son de gran valor en el momento de observar las interacciones de las parejas que acuden en busca de ayuda.
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