Diálogo Estratégico en la Pareja
“Si quieres ver aprende a actuar” – Heinz von Foerster
¿Qué es el diálogo estratégico?
Es el intercambio recíproco, la intimidad, el placer de sentirse en contacto con el otro.
Cada persona percibe la realidad dependiendo del punto de vista que tiene y el sostenerse obstinadamente en solo esa percepción puede resultar perjudicial cuando se trata de las relaciones con los demás.
Blase Pascal escribió: <<Cuando se quiere mostrarle a alguien que se equivoca, hay que observar desde qué lado está considerando el asunto, porque generalmente desde ese lado es correcto, y se le reconoce esa verdad, pero también hay que mencionarle aquel otro lado desde el cual éste es falso. Y él se contentará con esto, porque verá que no se engañaba y que su defecto era solamente el no ver todos los lados de la cuestión>>.
La realidad no es nada más que el lenguaje que utilizamos para comunicarla y comunicárnosla.
<<Las palabras son como las balas>>, Escribía Ludwing Wittgestein, por eso se necesita hacer un uso muy cuidadoso de ellas, sino corremos el riesgo de herir a los demás y a nosotros mismos.
Para aprender a dialogar estratégicamente con nuestra pareja el primer paso será determinar todos los modos seguros para fracasar en nuestro intento.
<<Si quieres enderezar una cosa, aprende antes todos los métodos para torcerla aún más>>
El diálogo que fracasa
En el se presentan por lo regular una serie de ingredientes básicos disfuncionales que como consecuencia alimentan una interpretación equivocada de la realidad que se pretende manifestar, dando como resultado efectos poco deseados.
El primer ingrediente se refiere a: PUNTUALIZAR
Una cosa es puntualizar es decir marcar el punto vista personal en relación a las situaciones con el fin de querer mantener la relación del mejor modo posible y otra cosa es que el PUNTUALIZAR se convierta en una práctica redundante y fastidiosa que en lugar de prevenir problemas los alimente. Explicar cómo tendrían que ser las cosas puede provocar irritabilidad y con ello el deseo de cerrarse a las “sugerencias racionales”. Como sucede muchas veces, las cosas buenas producen malos efectos sencillamente por su sobredosis.
El segundo ingrediente es: RECRIMINAR
Someter a la pareja a un proceso en el que se le deja ver sus culpas, aunque puede parecer una manera correcta y legítima de aclaración, tiende a producir en el acusado reacciones emotivas de rebeldía, ya que desplaza su atención de los contenidos a la esfera emocional al sentirse juzgado, cuestionado o condenado provocando por reacción el rechazo y el enojo. Esta reacción emocional anula la culpa y hace que nazca el deseo de escapar o de atacar. Cuando comunicamos no cuenta únicamente el significado de lo que decimos, ya que el cómo lo decimos amplifica, reduce o transforma el efecto.
Tercer ingrediente: ECHAR EN CARA.
El sentirse víctima de las acciones del otro puede llevarlo a ECHAR EN CARA, y desde esta posición de dolor, utiliza su propio sufrimiento para tratar de inducir a la pareja a que corrija aquellos comportamientos indeseables. Sin embargo, por desgracia el resultado por lo general es que no solo no cambia de comportamiento sino que incluso se enfada aún más y puede llegar a ser más opresivo; Quien se coloca como <<víctima>> construye a sus <<verdugos>>.
Cuarto ingrediente: SERMONEAR
Para progresar en el dialogo fallido lo que habrá que hacer es agregar como ingrediente algo que tal vez aprendimos desde niños al ser educados por nuestros padres, el cura, o el maestro; el sermón moral y religioso, y desde esta base proponer aquello que es lo justo o injusto, examinar y criticar el comportamiento ajeno. El efecto de esta acción comunicativa es que hace venir el deseo, también en quien no lo tiene, de transgredir las reglas morales puestas como fundamento del sermón mismo, y con esto promover la rebeldía pudiendo esta establecerse como un círculo vicioso en la relación.
Son estos algunos de los ingredientes, que se observan en mayor o menor grado en las parejas que acuden a terapia buscando ayuda para resolver su situación y que a partir de ahí dependerá el objetivo de trabajo en las sesiones; para ello es muy importante valorar la rigidez de la interacción en cada caso, de eso depende el camino que tome la estrategia terapéutica; dependerá de lograr diferenciar si se trata de una situación a nivel dificultad, o de una situación ya establecida como problema, o en su caso aquellas parejas que ya hayan alcanzado un nivel patológico en la forma de relación.
En este sentido aprender a dialogar estratégicamente representa no solo una competencia realmente útil en el momento de interactuar con la pareja sino también un recorrido en dirección del propio crecimiento personal de tal forma que puedan lograr mejores relaciones, más funcionales y satisfactorias.
<<En la relación con las personas a las que estamos ligados afectiva y emotivamente no ex iste un vencedor o un vencido; sino que ambos ganan o ambos pierden>>
Dialogar estratégicamente
Primer ingrediente: PREGUNTAR ANTES QUE AFIRMAR
Hacerse preguntas que propongan en su interior alternativas de respuesta hacia las que se quiere guiar a la pareja. Estas preguntas orientan la interacción hacia una actitud de comprensión del problema y no hacia la búsqueda del culpable. Cuando se dialoga con una persona importante para nosotros, el objetivo no es vencer haciendo perder al otro, sino vencer juntos.
Un fenómeno importante en este proceso de comunicación es la persuasión por el hecho de que mientras una persona responde a una pregunta escogiendo entre las alternativas de respuesta, se persuade por sí misma en esa afirmación pensando que es su visión de las cosas. De tal forma que se puede avanzar de un punto de partida que llevaba a una alta probabilidad de ruptura, y se puede llegar a un punto con una alta probabilidad de reconciliación. Y se establece una especie de complicidad y sano equilibrio en la relación.
Segundo ingrediente: PEDIR CONFIRMACIÓN ANTES QUE SENTENCIAR
Esto es pedir confirmación a las respuestas recibidas después de las preguntas propuestas. Para lograrlo las preguntas se enfocan sobre lo que es importante hacer en la práctica y describir de manera puntual el contenido de los pasos que necesarios para alcanzar el objetivo que se quiere alcanzar de manera concreta y con la colaboración necesaria para ese fin. Esto es muy importante ya que convierte el acuerdo que se obtiene sobre aquello que puede hacerse para resolver el problema en algo que de las palabras se pasa a los hechos concretos, sin que ello parezca algo forzado sino un deseo en común.
Tercer ingrediente: HACER SENTIR ANTES QUE EXPLICAR
Es realmente eficaz saber tocar las cuerdas emotivas para la constitución de una relación constructiva antes que influenciar su capacidad de entender. Para conseguir que los conflictos y las fricciones se transformen en acuerdos es necesario que nuestra pareja sienta el deseo, no sólo a nivel racional; de llevar a cabo una relación basada en la confianza y en la colaboración.
Cuarto ingrediente: ACTUAR ANTES QUE PENSAR
Para obtener un cambio real es indispensable no sólo entender sino también ser capaz de actuar de modo diferente. El problema reside en el hecho de que si un acuerdo que se ha establecido no pasa por el plano de la acción, su posibilidad de llevarse a cabo es casi nula. Si, por el contrario al acuerdo le sigue una serie de acciones acordadas conjuntamente, es probable que el proyecto común se convierta en realidad.
Por tanto; entre la pareja es importante no infravalorar todo esto y, en consecuencia, proyectar planos concretos de acción que hay que realizar para obtener el cambio deseado. Dialogar estratégicamente es un modo de establecer enseguida una relación connotada por el deseo de conectarse, crecer y mejorarse.
Como dice Heinz von Foerster: <<Si quieres ver aprende a actuar>>
Fuente: Giorgio Nardone, corrígeme si me equivoco, estrategias de dialogo en la pareja, Herder editorial 2012.
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